martes, 11 de agosto de 2009

CARTA A DON ANTONIO CEBALLOS, OBISPO DE CÁDIZ Y CEUTA

Mi querido D. Antonio:

Esta carta es para testimoniarle mi cariño hacia usted y para agradecerle su participación en la vida de los crucificados de nuestra diócesis, sí nuevamente como anteriormente usted hizo con trabajadores del campo, con trabajadores de la mar, con los trabajadores que sufren la siniestralidad laboral, con las víctimas de la crisis, con los parados, ahora con los encerrados en la Iglesia de Santo Domingo usted ha dado muestra de cercanía, de entrega hacia los que sufrimos el paro, sí yo también estoy en el paro y sé lo que sufren los parados encerrados por propia experiencia y por pertenencia a esta Iglesia de Cádiz y Ceuta en la Comunidad de militantes obreros cristianos que es la HOAC, como tal militante acudí a visitar a estos hermanos que reivindicaban un derecho que se les había pisoteado.

De sus propias voces pude escuchar de sus sufrimientos y las injusticias que se les estaban haciendo como trabajadores, también lo escucharon el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, Cáritas, las Hermandades y las Cofradías, Asociación Cardijn, el Padre Juan Carlos, el Prior del Convento..., y usted mismo mi obispo. D. Antonio, a pesar de las zancadillas e incomprensiones que hacia usted profesa cierto sector de nuestra Iglesia usted se sitúa con los empobrecidos, usted acude en auxilio de quienes están tirados al borde del camino, de los Lázaros que se encuentran en las puertas de los ricos Epulones, con los que nadie cuentan, con aquellos que algunos quisieron usar a la policía para tratarlos como delincuentes.

Últimamente he sentido lo lejana que estaba nuestra Iglesia, lo pasiva que se mostraba hacia los trabajadores, pero a la vista de su presencia, cercanía, mover piezas en defensa de los empobrecidos me da usted razón para la esperanza en la Iglesia de Cristo.

Nuestra fe no es vana D. Antonio y cuando se actúa como usted lo ha hecho historizamos a nuestro Maestro Jesús de Nazaret y entonces si somos coherente en aquellas otras manifestaciones que hacemos en cuestión de moral y en la defensa de la vida del no nacido y también en la del obrero que arriesga su vida en el trabajo y en aquellos que pierden la dignidad por las condiciones de trabajo o por la ausencia de este.


A esta sociedad nuestra, a nuestras organizaciones socio-políticas que pretenden que la Fe no forme parte de nuestra vida social les ha sorprendido mucho esa imagen recogida por la prensa en la que los parados despedían el encierro con una Eucaristía, como solemos hacer los militantes obreros cristianos, unos parados, unos don nadie les han dicho, me han dicho que la Fe envuelve toda la vida, a pesar de sus inexperiencias organizativa y reivindicativa, a pesar de sus errores nos han mostrado que siempre hay que creer en el ser humano, que este es constructor de la historia, que por este aun es posible la construcción del Reino de Dios transformando la sociedad desde la fe, la esperanza y la caridad.

Sí, nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta con su obispo D. Antonio Ceballos Atienza están en Comunión con el Pueblo, que todo él es Pueblo de Dios.


José Manuel Carrascosa Freyre

jueves, 16 de julio de 2009

LA PASTORAL OBRERA Y LA HOAC SE SOLIDARIZAN

En la tarde del viernes 10 de julio el Responsable diocesano de Encuadramiento de la HOAC Pepe Carrascosa, realizó junto al Director del Secretariado diocesano de Pastoral Obrera Diego Rodríguez, y dos miembros del Eppo de la Pastora (Jesús y Manolo), una visita a los parados encerrados en el Convento de Santo Domingo de Cádiz desde el pasado miércoles 8 de julio, con objeto de testimoniarles nuestra solidaridad y total disponibilidad en la lucha que están llevando a cabo.

Se estaba celebrando la Eucaristía en esos momentos, habían pocos de los asistentes habituales, pero al final del templo un grupo de hombres todos de pie asistían a la celebración, al no ser eso algo frecuente nos imaginamos que eran los parados encerrados por lo que decidimos participar en la celebración eucarística.

Tras la terminación de la celebración, nos dirigimos hacia el grupo de parados, nos presentamos como miembros de la Iglesia, de la Pastoral Obrera y de la HOAC, algunos de ellos agradecieron nuestra presencia y se marcharon a reunirse con otros de sus compañeros, otros incluido Daniel y otros miembros nos dirigimos al claustro para conocer cuál era la situación en que se encontraban. Los muros de este claustro de la Iglesia de Santo Domingo puede contarnos y contarles a los trabajadores en paro encerrados encierros anteriores de otros trabajadores en paro, de huelgas de hambre y otros sufrimientos por el derecho al trabajo (aun recordamos el encierro en el que participó en este mismo lugar nuestro hermano, amigo y compañero de la HOAC Pepe Jiménez, las mismas luchas los mismos sufrimientos que provoca el paro de trabajadores de distintas generaciones), un derecho del que continuamente se burlan nuestros representantes públicos. La historia se repite tozudamente y se repetirá continuamente hasta que el trabajo sea considerado un derecho inalienable para todos los hombres y mujeres.

A estos trabajadores los vi muy enteros y decididos a no rendirse, tampoco pueden, sobre algunos pesa desahucios de sus viviendas, más de año y medio en el paro con solo la ayuda familiar como único ingreso (unos 400 euros) de sus labios la expresión más repetida era “no saldremos de aquí hasta que no vayamos a trabajar”. Habían recibido mucha solidaridad de gente del barrio de Santa María en el que está el Convento de Santo Domingo, esto no es raro pues es un barrio obrero y muy humilde, acostumbrado a vivir muchas situaciones de sufrimiento de sus vecinos, varios de los encerrados son de este barrio. En el momento que estábamos charlando vimos que llegaba más alimentos y mantas, tuvieron que decirle a los que la traían que por el momento no les llevaran más comida para evitar que se deterioraran los alimentos perecederos.

Nos pusimos a disposición de los encerrados, ellos nos pidieron que nuestra solidaridad la lleváramos a cabo en el exterior creando conciencia de su situación, de la dejadez de la administración para solucionar los problemas del paro, en especial sentían una rabia especial hacia el Ayuntamiento de Cádiz y su alcaldesa, ésta (según ellos) los ignora, no los escucha en sus peticiones, ellos piden que en las contrataciones de obras se exija que al menos el 50% de las mismas sean a trabajadores de la ciudad, desde el Ayuntamiento se les dice que eso no lo pueden hacer, que no es legal, incluso que eso es xenofobia (el querer salir del paro en Cádiz no es legal, como los inmigrantes que llegan a nuestras costas huyendo del hambre, los parados también son ilegales, aquí lo único que son legales son nuestros empresarios que nos dejan en el paro, los banqueros que roban las riquezas del pueblo, los políticos que protegen a empresarios y banqueros), pero tienen constancia de otros ayuntamientos que si lo hacen, de hecho conocemos otros ayuntamientos que priorizan esta cuestión antes que la económica.

Otra de las reivindicaciones que hacen es que el Ayuntamiento cree una empresa municipal de construcción municipal. Por parte de Daniel nos sorprendió en dos cosas: Una que había descubierto en las relaciones con la administración y con los políticos que poseía una gran ignorancia y que había que adquirir formación para tratar con ellos, por lo que iba a animar acudir a las urnas en las próximas elecciones municipales, (no conocemos que Daniel tenga filiación política), es necesario trasladar el mensaje que lo que tenemos que defender es el derecho a un trabajo, él estuvo de acuerdo. Una actividad que ya han puesto en marcha es la creación de una asociación por el empleo y ya han presentado los estatutos para su aprobación, le pedimos que nos tuvieran informado de ello, a lo que accedió gustoso, por lo que habrá que estar al tanto de su evolución.

Al margen de esta visita a los encerrados es de destacar que aparte del Obispo y nosotros, solo han acudido a visitarlos a nivel institucional Izquierda Unida "Tan lejanos y a la vez tan cercanos con los que sufren, la Iglesia y la izquierda".

Seguiremos en contacto con estos compañeros.

Un abrazo en Jesús Obrero

jueves, 7 de mayo de 2009

Sobre ¿Quén defiende a los parados?

“¿Quién defiende a los parados?”

“¿Quién defiende a los parados?”. Con este titulo, el pasado día 3 de mayo Sacaba pecho un imprevisto defensor de los parados, un señor miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly. Mi primera opinión fue mandar una carta al director, pero las veinte líneas máximas que podía escribir, frente a la media página que el utilizaba me hizo desistir de tal idea, la envío a pesar de todo y la publico en mi blog para que también se conozca mi opinión El viejo dicho de “lobo con piel de cordero”, quedaba bien manifestado en la opinión del S. Francisco J. Ferraro. Son muchas las opiniones que distintas personas han escrito sobre la crisis y sobre las victimas de esta, pero ninguna de ellas me ha parecido tan manipuladora como esta. Este artículo tan arropado de una pretendida defensa de los parados no es tal, veamos algunos puntos de dicho artículo:
En su primer punto el S. Francisco J. hace una ligera exposición de los datos del paro, digo que es ligera su exposición de los datos porque son escasos para hacernos ver que el paro no afecta a todas las autonomías, regiones o provincias por igual, y que en esta provincia de Cádiz con independencia de todos los gobiernos, tanto los de la dictadura como los de la democracia condenaron a Cádiz a ser la gran perdedora en la creación de empleo y por lo tanto de riqueza. Sirva como ejemplo la época en que para acallar conflictos entre los trabajadores del País Vasco se llevaban producción prevista para los Astilleros de nuestra Bahía a Astilleros vascos, con la consiguiente pérdida de empleo en Cádiz
En este punto se pregunta ¿porqué no se unen los parados para defender sus intereses?, su pregunta pudiera ser lógica de no ser que lo que pretende es motivar, sugerir crear conciencia sobre una unidad entre los parados al margen de las organizaciones sociales de tipo reivindicativa y por lo tanto fácilmente manipulable. El hecho de que los parados no se organicen es verdad que sorprende pero hay que comprender el estado psicológico en que se encuentra (todos sus proyectos personales, profesionales, de familia, culturales. Todos sus esquemas mentales han caído por los suelos y un largo etc. que necesitaría de un estudio completo)
Es cierto que los sindicatos son los defensores naturales, es cierto también que hoy algunos de estos sólo representan a trabajadores con empleo estable y en grandes empresas, ya sean públicas o privadas, aunque también es cierto que a estos les pasa lo mismo que le pasa a buena parte de la prensa, está sometida a los intereses económicos imperantes, pero aun sería peor para los trabajadores si los sindicatos no existiesen.
Usted pregunta: ¿qué pasaría si los desempleados se organizasen de forma autónoma?, yo como desempleado que soy se lo voy a decir: ojalá así fuera, organizarse autónomamente, pero no como usted y otros voceros del neoliberalismo pretende, sumisos, dependientes, insolidarios, sin ideologías ni creencias, fáciles marionetas al servicio de la codicia y la ambición de empresarios sin escrúpulos para que nos den una migajas de sus beneficios. No, ese tipo de organización no nos interesas, queremos una organización que crea en la utopía de que el trabajo es un derecho de todos los hombres y de todas las mujeres y no caridad que el sistema imperante reparte cómo, cuándo y a quién le interesa a sus beneficios económicos. Es cierto que los trabajadores en paro no somos terroristas a los que hay que temer, pero también es cierto que buena parte del empresariado, en especial el gaditano si que son terroristas, porque estos están condenando a la miseria, a la indigencia a miles de trabajadores y a sus familias. Son terroristas también esos empresarios que aprovechándose de la actual coyuntura coaccionan a los trabajadores a aceptar cualquier trabajo y a cualquier precio.
Ahora llego al meollo de lo que usted quiere transmitir en el artículo, con su propuesta que es la misma que se está dando desde los organismos financieros y empresariales. Flexibilidad, flexibilidad y más flexibilidad y que tal como lo expone no es otra cosa que enfrentar a ocupados estables con ocupados precarios a estos con parados. Pero es que esta dualidad que expone ha sido y es provocada por el sistema económico que usted defiende para así extender las largas colas de demandantes de empleo a los que pagar cómo, cuándo y cuánto les de la gana a los empresarios, lo cual demuestra su calidad moral.
Para más INRI de este tendencioso artículo cuya intención última del mismo, es desviar la atención del verdadero culpable de los previsibles cinco millones de parados y que no es otro que el actual sistema económico neoliberal, ese sistema que nos prometió la felicidad y la riqueza para todos y que sin embargo lo que ha hecho es meter la mano en la caja arruinando a millones de ciudadanos, trabajadores y empresarios honestos, el neoliberalismo moral y éticamente ha fracasado y no lo aceptáis. Esto es lo que pretende su artículo, engañarnos sobre la autoría de la crisis. Los gobiernos sólo son otros títeres del neoliberalismo, como el sistema educativo, como algunos sindicatos, como mucha prensa… Si, sois cómplices, lo que pasa es que a muchos como usted les interesa un cambio más a la derecha del actual gobierno para un mayor y más rápido enriquecimiento, además, si que ha sido un ingenuo el gobierno, pero en el sentido de hacernos creer que con la inyección de dinero de todos los españoles que ha realizado a la banca española iba a contar con el apoyo de esta. La realidad ha sido muy distinta, no solo no ha paliado la crisis, no ha reactivados los créditos a las pequeñas empresas, sino que además no ha servido de nada nuestro sacrificio, pues somos nosotros los parados, los trabajadores con empleo los empresarios honestos los que hemos sido sacrificados. Un verdadero gobierno de todos los españoles debería haber nacionalizado, expropiado la banca y a todas aquellas grandes empresas que no sean capaces de mantener la producción y el empleo, el tipo de gobierno que a usted le gusta e interesa nos conduciría aun más a una mayor pobreza de los trabajadores, y sinceramente, si tenemos que ser aun más pobres, ¿es así cómo se defiende a los parados? No gracias no necesito su tipo de defensa. Por otra parte, se decía que la recesión económica que hubo en los Estados Unido por la tercera década del pasado siglo, provocó que ricos empresarios, banqueros… se suicidaran. Yo no he leído que ha ninguno de los ricos actuales la crisis los haya conducido al suicidio, (que no es mi deseo) pero eso sería sintomático para creernos que la crisis la pagan también ellos.

Pepe Carrascosa

sábado, 11 de abril de 2009

LA PASIÓN DE JESÚS DE NAZARET, ES UNA HISTORIA DE AMOR QUE SE VIVE CON LOS CRUCIFICADOS DEL MUNDO

“Hombre de poca fe” se me dirá, y tendrán razón los que así lo hicieran. Me sucede que en estas fechas de la Semana Santa lo mismo que en la fiesta de la Navidad, no veo por mucho que lo intento, el verdadero sentido que el nacimiento, la muerte y la resurrección de Cristo deben tener para los llamados, seguidores del Nazareno. No dudo que muchas de las personas que salen en las cofradías, o las que van a ver las procesiones tengan fe en Cristo, pero creo que esta es una fe intimista, no comprometida y ausente de la auténtica Pasión de Cristo. Humildemente creo, que su pasión es una historia de amor de Cristo hacía nosotros los hombres y mujeres y, cuanto más débil y pobre somos más amor nos tiene. No es un amor a figuras ricamente ataviadas de terciopelo, oro, plata, piedras preciosas y maderas nobles y que marchan acompañada de hermosas marchas musicales y seguidas y observadas por una multitud evadida de la realidad del sufrimiento de sus hermanos más pequeños y predilectos.

En aquella época y ahora pocos se podían y pueden imaginarse los habitantes de Jerusalén y de Cádiz, ni tan siquiera los seguidores y discípulos de Jesús de Nazaret la tragedia que acontecería en las horas siguientes a la entrada triunfal en Jerusalén del llamado Mesías. Cristo tenía que morir porque el movimiento que él lideraría era muy peligroso, porque Jesús había cuestionado a los dirigentes religiosos y políticos de su época a través de sus manifestaciones públicas. Ahora veinte siglos después se sigue silenciando aunque de manera más sutil pero no menos cruel los gritos de denuncias de las injusticias que provocan por acción u omisión nuestros dirigentes políticos y religiosos.

¿Que líder de su época, o de la nuestra, que contemplaban y contemplan la subida al calvario que en un gesto de impresionante humildad Él, Jesús se pone a lavarles los pies a sus discípulos o tocar la piel del leproso de antes y de ahora? (¿nosotros no buscamos ser servidos o no nos alejamos como asqueados cuando se cruzan en nuestro camino un toxicómano con sida, o un indigente maloliente, o un parado cuando nos pide solidaridad?) O, ¿quien, ante las personas que te traicionan o te niegan se sienta a la mesa con ellos y comparten el pan y el vino sin mostrar ni rencor ni abandono hacia ellos? (¿antes de la celebración eucarística compartimos nosotros lo que tenemos con nuestros hermanos más empobrecidos, o el pan y el vino de la Eucaristía es lo único que compartimos?) Él no se defendía de las acusaciones que le hacían, ni de los insultos y torturas que sufrió. (¿Nosotros no estamos continuamente poniendo continuas escusas para evitar que nos insulten, nos molesten o se ponga en peligro nuestras seguridades personales y materiales?) ¿Quién cuando está agonizando en la Cruz o sufren las dificultades de la lucha por la justicia consuela a un ladrón, a un desesperado por la vida que le ha tocado vivir por culpa de la ambición de algunos y sufre su misma suerte? Pienso, que antes del último suspiro y su última frase que dirigió a su Padre sin lugar a duda que desde la cruz, recorriendo con su mirada a todos los hombres y mujeres que contemplaban como moría y siendo como era y es tan grande su humanidad que quizá pensaría: “que difícil os lo he puesto, pero no temáis que conmigo podréis”. Entonces su grito de desesperación que debería amartillar nuestros oídos cuando contemplamos lo que está sucediendo en nuestros días: “Elí, Elí ¿por qué me has abandonado?” No, Jesús de Nazaret no es un hombre normal, Jesús no puede pasear por las calles del Jerusalén de su tiempo, ni por las de nuestros pueblos de ahora siendo tratado como un rey todopoderoso o un hombre todo lleno de riqueza, ni tan siquiera como un Dios ausente del sufrimiento de su pueblo

Realmente nadie de toda Judea ni ahora en esta Bahía de Cádiz se podía imaginar ni se imagina aun esa tragedia, ese fracaso del proyecto de Jesús de Nazaret. Todo se hubiera acabado y olvidado en esa Pascua judía en esta Pascua cristiana, no hubiera quedado recuerdo alguno de ese Jesús de Nazaret, de no ser porque tal como él mismo dijo antes de su muerte, resucitó al tercer día.

Así de lo que todo parecía que sería un fracaso de vida y de proyecto de futuro, pasó a ser la historia de amor más grande que nadie halla podido vivir, y cuya vida y mensaje ha perdurado hasta nuestros días, haciéndose presente en la historia de todos los hombres de todas las épocas y como hace más de dos mil años siempre situado en el lado de los que siempre han perdido, los pobres, los que están situados al borde del camino, en los portales alejados del desfile procesional que gritan angustiados: ¡Señor ten piedad de mi! Pero esas veneradas imágenes no le pueden responder, la respuesta está en nuestros corazones, pero estos están extasiados por la deslumbrante belleza de la imaginería, de la música y del olor a incienso.

Desde entonces conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Pero ya hemos visto cómo nos situamos nosotros hoy ante esa historia de amor. Ya conocemos las estadísticas de la miseria en el mundo y también en nuestra tierra, ¿no estamos hartos ya de imágenes de niños con sus vientres hinchados, con sus brazos y piernas extremadamente delgados, con esa mirada profundamente triste, muriéndose a borbotones? ¿No nos cansamos de permanecer indiferentes ante la pobreza que provoca el paro, la precariedad laboral…? Sin más razón que la ambición de algunos.

Mientras vivimos esta Semana Santa nuestros líderes políticos mundiales siguen inyectando billones de euros para saciar como a fieras hambrientas el hambre de riqueza de los poderosos del planeta. En gran parte del mundo coincide que los países causantes de la pobreza de los países pobres y de los ricos ahora también son los países llamados cristianos. Nosotros hemos sabidos compaginar la posesión de riqueza con “ser buenos cristianos” celebrando ritos vacios y Semanas Santas poco santas. Tal vez las constantes imágenes del hambre, de la enfermedad, del dolor, de la muerte prematura, del paro, de la falta de vivienda, de la marginación, de las guerras...nos han inmunizados ante todo ello. Pudiera ser también que la miseria de buena parte del mundo es necesaria para sostener y consolidar nuestra sociedad del bienestar.

Desde esta insensibilidad en que vivimos ¿tiene sentido el Sacramento de la Eucaristía? ¿Tiene sentido vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo? Que es memoria y comunión con el hombre protagonista de esa gran historia de amor de hace más de dos mil años. Sin embargo la Eucaristía, la Semana Santa sólo puede ser celebrada debidamente desde la comunión con el Crucificado y con todos los crucificados del mundo.

¿Tiene sentido que Jesucristo halla pasado por esa entrega amorosa hacia los hombres y mujeres en especial por los más desfavorecidos, padeciendo una muerte cruel y de extrema violencia, para que cuando acudimos a la Eucaristía, en el gesto de partir el pan, sólo se comparta la forma sagrada pero no hacemos lo mismo con la vida y los bienes, o vivir los oficios religiosos de la Pasión de Cristo y seguir llevando la vida mirando hacia otro lado cuando nos cruzamos con un necesitado?

Desde esta óptica, desde la manera de ver de Jesús, cuando nosotros miramos la realidad social desde el lugar de los pobres y desde su amor hacia ellos descubrimos el gran pecado que hay en el mundo, donde a los pobres se les va arrebatando su vida, su dignidad y su esperanza. Así cuando nos planteamos desde los pobres qué hacer ante esa sangrante realidad, cuando acudimos a la Eucaristía compartiendo con ellos lo que somos y lo que tenemos, cuando vivimos la Pasión y muerte de Jesucristo sufriendo con los empobrecidos de la crisis económica provocada por la avaricia y la usura, la única respuesta honrada y coherente es desenmascarar esa realidad y transformarla en la línea del Reino anunciado por Jesús a los pobres.

Y, como dije al principio, quizá sea hombre de poca fe y esté pecando de ingenuo o de tonto, pero cuando miramos algunos de los Crucificados que recorren nuestras calles y aunque en ellos veamos al mismo Dios, si nos quedamos en la contemplación y no nos induce a la acción solidaria con todos los crucificados del mundo, los empobrecidos, esa pasión de Cristo que vemos no es la auténtica pasión de Jesús de Nazaret, sino que nos hemos creado una pasión a nuestra propia conveniencia y esa no es mi fe. Ciertamente los hombres y mujeres tenemos una gran capacidad para crearnos sucedáneos que nos aparte de un auténtico compromiso liberador.

En pocas horas sucederá el acto supremo que da sentido a la muerte de Cristo, pues su muerte provocó en nosotros la huida, el abandono de las filas del galileo, sin embargo su resurrección generó tal fuerza entre los discípulos que a pesar de nuestras debilidades e incoherencias a lo largo de nuestra historia aun hoy perdura. Dios gran conocedor del ser humano sabía que Cristo con su muerte nos liberaría, pero con la ausencia que provoca la muerte quedaríamos solos, desvalidos sin haber alcanzado a conocer al Dios que Jesús nos mostró, Abba lo llamaba Jesús. Tampoco el Reino que con Él se instauraba no daría un solo paso en su construcción. Era imprescindible su Resurrección para que se cumpliese el Plan de Dios y con ella la promesa que nos hizo: “estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”. Así nació la comunidad de sus seguidores: los cristianos y esta dando pasos hacia adelante, con muchas paradas en el devenir históricos y también con bastantes retrocesos hemos llegados a nuestros días. Son muchas nuestras incoherencias que antes he descrito, de las que yo también soy tremendamente culpable, pero cuando amanezca el nuevo día Cristo resucitará y renacerá en nosotros grandes razones para la Esperanza. A pesar de nosotros Dios nos ama, vivió, murió y ha resucitado para amarnos sin medida. “Aleluya, Aleluya. Cristo ha resucitado”. “¿No notáis como camina a nuestro lado?

Pepe Carrascosa